viernes, 29 de octubre de 2010

La ley seca

Empezamos las historias con ésta prueba de como los humanos siempre nos movemos por interés y tras algunas decisiones no siempre se esconde lo que de verdad se da a entender.

El gigante americano, allá a principios del siglo XIX, sufrió un crecimiento espectacular gracias sobretodo al tráfico de esclavos, el cultivo del tabaco y las especias, pero claro tanto crecimiento y tanta mano de obra barata hicieron crecer alrededor de las ciudades suburbios inmigrantes. A medida que éstas comunidades crecían, los bien situados blancos que disfrutaban del nivel de vida que éstos les proporcionaban, empezaron a verlos con ojos más temerosos.
El alcoholismo creció como la espuma entre los recién llegados coincidiendo con el endurecimiento en las jornadas laborales, que pasaron a ser de 12 horas, 7 días a la semana, por las condiciones de vida miserables y el rechazo de parte de la sociedad por motivos étnicos o raciales.
No hay duda de que el mensaje que se predicaba desde algunas asociaciones creadas por sectores conservadores, que alertaban a la población del peligro de la bebida, la prostitución y llamaban a la gente a seguir el modelo cristiano, situó en el punto de mira a los recién llegados (casi siempre italianos o irlandeses). Dichas asociaciones consiguen, gracias a la reunión de seis millones de firmas, llevar al Congreso la propuesta de la Ley Seca, para ser finalmente aprobada en 1919.
Había un sector especialmente interesado en ésta ley, y es que ésta amparaba la venta de alcohol para uso médico. Éste colectivo hacía tres años que había dejado de vender alcohol por sus dudosos beneficios para la salud. Una vez prohibida la venta y fabricación de alcohol, al año siguiente, de forma misteriosa, la asociación farmacéutica volvió a comercializarlo y pronto miles de médicos, farmacias y droguerías, solicitan licencias para recetar y vender alcohol, convirtiéndose así en una gran fuente de ingresos.
Las consecuencias de éste desmán fueron la creación y expansión masiva del crímen organizado en todo el país, el enriquecimiento de médicos y farmacéuticos a costa de los impuestos "robados" al estado y cientos de miles de afectados y muertos por culpa del consumo de alcohol ilegal adulterado.
En 1933, vistos los resultados, se suprime la ley seca y se permite volver a vender alcohol públicamente.

1 comentario:

  1. Me viene a la cabeza una pregunta, que hariamos la juventud de hoy en día sino sólo se prohibiera el alcohol, sino que se dejara de fabricar?

    Aumentaría el consumo de otras drogas? No saldriamos de fiesta? O creariamos nuestras propias destilerias ilegales?

    Si la motivación de la mayoría de personas que conozco es beber cuando se sale ( incluso a veces me puedo incluir ), quiere decir que ya me puedo ir buscando unos amigos más normales/sanos, o todo el mundo es así?

    Pero de repente otra pregunta me surge y ya no se de que estaba hablando...nos vamos de birras?

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