jueves, 8 de septiembre de 2011

(refexiones v1.0)

Asi es, tal como suena.

Te voy a obsequiar (i love this word) con un tu a tu de una persona thcada (litros de tetahidrocanabinol corren por mis venas mujer), es decir, aprovecho este nuestro espacio para dejar en modo automatico la mente.

Cantos budistos, bien me gusta. Te hablo del disco de Maserati que estoy escuchando, me da una sensacion de infinito temporal acojonante! (sabra dios que es eso) Mientras me liaba el pequeño soplo de evasion astral que ya he deleitado he pensado si seria buena la marihuana (nueva, la vieja ya se que es del apalanque) y la verdad es que ni tengo sueño ni muchas ganas de reir, sencillamente le doy al tarro y muevo la cabeza con la musica, se puede decir que es una marihuana mental con toques de creativa, pero no de jauja jauja. Despues mientras me lo fumaba en el balcon echaba el humo con gustirrinin y he visto la cabeza de mi madre escondiendose por la ventana de al lado, asi que nada, ahora que las dos sois conscientes de mi estado !saluti!


Ademas me he acordado que esto de hablarte del estreno de la matuja se me ha venido a la mente esta mañana asi que supongo que no tengo tan mala memoria ;D

En fines, aqui me doy cuenta que no parece un mensaje de un fumado asi que con la poca gracia que tiene y que me estan viniendo oleadas de sudor todo el rato mejor me despido y este post no cuenta (no es un post valido y tendre que escribir algo interesante sobre alguna cosa incomun).
Te dejo en espera por gmail :) voy a por algo de teca


Xisplau!
Ata agora!

martes, 6 de septiembre de 2011

Los adoquines de Porto

Recuerdas lo incómodo que era caminar por O Porto y el traqueteo de la caravana? Pues resulta que hay una razón histórica para ello:


El motivo de que gran número de calles portuguesas tengan en sus aceras esos adoquines, proviene del terremoto que sufrió Lisboa en el año 1755.
El terremoto fue de entre 8,5 y 9,5 grados en la escala de Richter, éste fue seguido por un maremoto y un incendio que afectó a Lisboa casi en su totalidad.


Había que levantar de nuevo, casi por completo, la capital y un gran número de poblaciones portuguesas, por lo que, el Primer ministro del rey, Sebastiao José de Carvalho (Marqués de Pombal) tomó el mando de la reconstrucción de la ciudad y diseñó una urbe hecha a su gusto y antojo.
Para abaratar costes y aprovechar recursos, el Marqués mandó reutilizar los muros y piedras de los escombros de las construcciones venidas abajo tras la catástrofe y convertirlos en adoquines para asfaltar las aceras de las calles.
De ahí partió la base para el mundialmente conocido como “empedrado portugués”.



Y con esta información, se reabre Villagordita! Hasta la próxima!