El motivo de que gran número de calles portuguesas tengan en sus aceras esos adoquines, proviene del terremoto que sufrió Lisboa en el año 1755.
El terremoto fue de entre 8,5 y 9,5 grados en la escala de Richter, éste fue seguido por un maremoto y un incendio que afectó a Lisboa casi en su totalidad.
El terremoto fue de entre 8,5 y 9,5 grados en la escala de Richter, éste fue seguido por un maremoto y un incendio que afectó a Lisboa casi en su totalidad.
Había que levantar de nuevo, casi por completo, la capital y un gran número de poblaciones portuguesas, por lo que, el Primer ministro del rey, Sebastiao José de Carvalho (Marqués de Pombal) tomó el mando de la reconstrucción de la ciudad y diseñó una urbe hecha a su gusto y antojo.
Para abaratar costes y aprovechar recursos, el Marqués mandó reutilizar los muros y piedras de los escombros de las construcciones venidas abajo tras la catástrofe y convertirlos en adoquines para asfaltar las aceras de las calles.
De ahí partió la base para el mundialmente conocido como “empedrado portugués”.
Para abaratar costes y aprovechar recursos, el Marqués mandó reutilizar los muros y piedras de los escombros de las construcciones venidas abajo tras la catástrofe y convertirlos en adoquines para asfaltar las aceras de las calles.
De ahí partió la base para el mundialmente conocido como “empedrado portugués”.
Y con esta información, se reabre Villagordita! Hasta la próxima!
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